¿Qué es la deuda pública?
Deuda pública es un concepto que cada vez se escucha más, pero… ¿Sabes exactamente a qué hace referencia? En tiempos de crisis, cuestiones o conceptos que solían pasar desapercibidos y a los que no dábamos más importancia que la de cualquier otro tecnicismo, suenan repetidamente en muchas conversaciones, por lo que tanto para poder participar activamente en las mismas, como para que si lo hacemos no digamos nada fuera de lugar, debemos conocer estos términos. Todo ello, por supuesto, sin mencionar siquiera que conviene conocerlo para poder comprender correctamente no sólo a los políticos correspondientes, sino a los propios periodistas que nos trasladan la noticia. Analizada la relevancia de conocer determinados términos, vayamos a por uno, de los más frecuentes ya que unos lo asocian a una de las posibles causas de la coyuntura económica actual, mientras que otros creen que fomentarlo puede ser la solución para crear empleo: la deuda pública.
¿Qué es la deuda pública?
La deuda pública, de manera simplificada, es la deuda, el dinero que se debe, pública, es decir, que debe el Estado. Ha de tenerse en cuenta, ya que es frecuente asimilar ambos términos en muchos contextos, que en este caso el concepto de Estado no hace referencia únicamente a la Administración General del Estado, la administración central, sino también a las comunidades autónomas y entidades locales: ayuntamientos, diputaciones, cabildos, etc.
¿Cómo obtiene financiación el Estado?
El Estado obtiene financiación para sus proyectos y el desarrollo de las prestaciones que nos ofrece mediante diversas fuentes de ingresos, como son el ingreso por excelencia y que a todos nos produce controversia en ocasiones, los impuestos. Además de esto, hay ocasiones o proyectos, o simplemente razones políticas, por las que el Estado tiene mayores gastos que ingresos, o simplemente está falto de tesorería, por lo que tiene que acudir a la financiación externa. Esta financiación se instrumenta a través de letras del tesoro, bonos y obligaciones del Estado. A este respecto, hay que tener en cuenta que, al igual que cuando nosotros pedimos un préstamo al banco, tenemos que devolver el importe que nos entregan, y además abonar unos intereses, el Estado no va a ser menos, y aunque cuenta con privilegios y ventajas, no significa que la financiación le salga gratis, tiene que devolver ese dinero, abonando además un tipo de interés fijado en el momento de la formalización de dicha emisión de las letras del tesoro, los bonos o las obligaciones del Estado.
¿Es malo tener deuda pública?
Teniendo en cuenta que, por supuesto, tener deuda pública tampoco es un lujo o algo que fomentar indiscriminadamente, tampoco tiene que ser necesariamente un aspecto negativo. La realidad es que hasta los países más saneados emiten en determinadas ocasiones instrumentos de deuda pública para obtener financiación o simplemente tesorería. Lo importante, y que no se nos debe olvidar en ningún momento, es saber que la deuda pública, el dinero que hemos recibido de terceros, hay que devolverlo, y hay que devolverlo con intereses, por lo que se debe ponderar el coste añadido que supone y la necesidad de la misma, para que sea proporcional y racional la emisión de la misma a las necesidades del Estado. No debemos quedarnos cortos de liquidez, pero tampoco es necesario abusar y emitir deuda pública sin control. Por otro lado, y como elemento esencial también, debemos tener en cuenta, en el ejercicio actual, la deuda pública que vence, y que hay que devolver, pues en muchas ocasiones la emisión de deuda pública es necesaria, precisamente, para poder devolver otros instrumentos de deuda pública emitidos con anterioridad.
¿Consideras positivo que se emita deuda pública?
¿Debería el Estado acudir a las vías de financiación tradicionales como bancos y entidades financieras como realiza cualquier empresa?
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