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Cómo empezar tu día a día con buen pie


Suele decirse que lo importante no es cómo se empieza sino cómo se acaba, pero evidentemente cuando se trata de empezar el día, la forma en que lo hagamos puede ayudarnos a tener un día productivo y que podamos centrarnos en nuestro negocio y/o puesto de trabajo. Luego, claro está, el devenir de las horas puede empañar o mejorar el día, pero empezarlo de buen pie es algo que debemos intentar por todos los medios. Ayudándonos de algunos pequeños consejos nos será más fácil: Levantarse con tiempo razonable. Eso de poner el despertador apurando hasta el último segundo y salir de la cama como si nos llevara el diablo tiene que acabarse. Tanto si trabajamos como autónomos o por cuenta ajena, debemos tener clara la hora en que empezamos a trabajar y también todo el rato que necesitamos para hacer “la puesta a punto”. Lo ideal es que cuando suene el despertador nos dé tiempo a dar el pertinente bostezo y estirón matutino, amén de todo lo demás, disfrutándolo y sin que parezca una carrera a contrarreloj.  Tomar una ducha matinal. A nuestro organismo le va de fábula, para desperezarse y tonificarse, una buena ducha fresca (¡no hace falta congelarse recién salidos de la cama!, lo que despertará nuestro cuerpo y sentidos, poniéndonos a punto para la actividad. Si lo de ponernos bajo un chorro de agua de buena mañana no es muy de nuestro gusto, al menos conviene lavarse la cara con abundante agua fría, lo que tendrá un efecto similar para nuestro organismo.  Comer algo e hidratarnos. Si vamos a trabajar, sea mediante esfuerzo físico o mental, necesitaremos una provisión de nutrientes para tener el organismo con todas sus fuerzas. No hace falta darse un conocido “desayuno continental” todas las mañanas, pero sí que sería conveniente añadir algo más sustancioso al habitual café solitario. Después de las horas dormidas, nuestro cuerpo está sediento (algo que a menudo confundimos con sueño o hambre), por lo que es necesario hidratarlo abundantemente. Tomar un zumo generoso, junto a unos cereales y algún aporte de proteínas puede ser un buen menú matinal. Y, no lo olvidemos, a media mañana deberíamos comer algo ligero siempre que nos sea posible, sin dejar de beber agua regularmente.  Hacer algo de ejercicio. Siempre que nos sea posible, una vez desayunados y antes de salir a trabajar, es muy recomendable dar un paseo, hacer algo de deporte… Activar nuestros músculos también activa nuestra mente y ayuda a oxigenar nuestro organismo y disponerlo mejor para la actividad. Positivizar. De camino al trabajo, es muy muy aconsejable escuchar algo de música alegre y que nos ponga de buen humor, o quizá algún programa en la radio que nos sirva para reírnos un rato. Lo que sea necesario para entrar a trabajar con una sonrisa radiante que contagie y nos dure todo el día.

 

«El futuro pertenece a quienes creen en la belleza de sus sueños».

Eleanor Roosevelt

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