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Diferencias entre emprendedor y empresario


¿Es lo mismo ser emprendedor que empresario? ¿Todo empresario es emprendedor y viceversa? O la pregunta que más nos gusta… qué se es antes ¿emprendedor o empresario? A menudo utilizamos estos dos términos de forma totalmente aleatoria sin saber muy bien qué connotaciones tiene cada uno de ellos o si realmente, se está aplicando correctamente para determinar un caso concreto. Ser emprendedor y/o empresario tienen similitudes y también diferencias ¿cuáles? Las descubrimos con el objetivo de que no solo utilicemos bien la terminología sino que podamos en cada caso, sentirnos identificados correctamente así como atender a obligaciones – derechos y casuísticas particulares y propias en cada situación.

 ¿Quién es emprendedor?

El emprendedor es una figura algo más etérea que sirve para describir a la persona que emprende – comienza – arranca un proyecto, una idea o incluso, un sueño. Y es que según la definición oficial de “emprender” esta es una actividad que significa “empezar una cosa nueva” dando por hecho que esa cosa que se comienza necesita y exige de un trabajo, un esfuerzo y una dedicación.

Por lo tanto, un/a emprendedor/a es cualquier persona que pone algo en marcha sea cual sea el ámbito y sobre todo, los objetivos. Algo súper importante a tener muy en cuenta que a veces olvidamos es que cualquier emprendedor lo es realmente en su día a día porque todos (o la gran mayoría) empezamos cosas nuevas de forma cotidiana ya sea un proyecto personal o profesional.

Eso sí, de un tiempo a esta parte, este término está ligado o se utiliza de forma insistente para determinar a esas personas que emprenden un negocio. De esta forma, quien pone en marcha un proyecto se le considera y denomina “emprendedor”. De ese proyecto normalmente surge una empresa o está gestionado por un autónomo. El objetivo es no solo desarrollar el proyecto sino obviamente, un retorno de la inversión y unas ganancias económicas.

Pero en realidad, tengamos siempre en cuenta que se puede ser emprendedor sin tener un negocio o una empresa. Se puede emprender un proyecto (y se será emprendedor) por hobby porque ha sido siempre el sueño de su vida. Por ejemplo, hay quien quiere tocar un instrumento, forma una banda y ensayan en privado cada jueves. En ese caso, están emprendiendo un proyecto, son emprendedores pero no están generando un negocio como tal a raíz de eso.

De nuevo, últimamente hay muchas definiciones diversas para el término emprendedor y casi todas, ligando esta acción al sector negocios – empresarial.

*** Lo más habitual es considerar a un emprendedor como una persona física o jurídica (normalmente autónomo) que desarrolla una actividad económica empresarial o profesional y que él, como persona única, asume los riesgos, obligaciones, etc. De ahí, se derivará o no, que se convierta en empresario por el crecimiento del negocio.

De hecho, buscando y analizando mucho contenido e información para crear este post hemos visto ideas y nos quedamos con una que nos gusta mucho (con nuestro toque creativo y constructivo):

Emprendedor: esa persona que emprende una idea, un proyecto innovador con firmeza, determinación y enfocado a la resolución de incidencias. Tiene gran capacidad creativa y motivación así como altas dosis de ilusión.

¿Os encaja más este emprendedor?

 ¿Quién es empresario?

Por otro lado, un empresario es la persona que posee la titularidad de empresa (como creador de la misma), dirige –  gestiona – organiza (según se quiera ver y denominar) dicho proyecto y negocio.

Dicho esto, el empresario es la persona que posee un negocio por lo que el término hace referencia a la propiedad, al tener en sí mismo el negocio (incluso más allá de si lo gestiona y/o forma parte activa del mismo). Y esto es porque se puede ser empresario (accionista de una empresa) pero no formar parte de la actividad diaria de la compañía.

De hecho, si volvemos a la definición oficial de empresario nos encontraremos que es la persona que propietaria de una empresa – directivo de una empresa. Pues hasta ahí, todo claro… O no porque realmente, la diferencia con el emprendedor, quizás hay que desgranarla un poco más.

Eso sí, volviendo un poco al punto anterior, un empresario posee una empresa o parte de la misma. A veces, gestiona esta y forma parte de la directiva teniendo funciones dentro de la compañía pero hay muchas otras veces que no, que es una parte importante de la propiedad de la empresa pero no ejerce ningún rol activo dentro de la misma.

Además, se puede ser empresario de una empresa ya existente y entrar a formar parte en un momento determinado (por ampliación de capital, por compra de la empresa) mientras que un emprendedor lo es de algo nuevo, que crea y desarrolla él o ella.

Principales diferencias entre empresario y emprendedor

Este es el punto más importante de esta cuestión: cuáles son las diferencias reales entre empresario y emprendedor. Será este punto el que al desgranarlo, nos ayude a identificar la realidad de cada rol.

Hay muchos puntos que si analizamos bien cada término y lo relacionamos incluso con personas de nuestro entorno, podemos tener más claras las diferencias entre emprendedor y empresario. Para nosotros lo principal, suele ser la motivación… Y es que si algo mueve a un emprendedor a empezar algo normalmente en soledad y con bajos recursos es la ilusión, las ganas, esa energía que se tiene o no se tiene por algo en lo que se cree firmemente (aunque el entorno diga mil veces que está loco). El emprendedor persiste y esa idea, por mucho que intente apartarla de su cabeza y de su vida durante un tiempo para enfocarse en algo que puede tenga más futuro, seguirá ahí. Si es algo que realmente le apasiona, va a volver a su escenario vital una y otra vez.

El emprendedor es pura pasión. Y eso, en uno u otro momento, sale a jugar.

Y por supuesto, un emprendedor es innovador. Inventa, crea y lanza cosas nuevas. Puede que no al 100% pero siempre habrá una arista de novedad, de diferenciación… Y eso también es lo que lo hace único.

Por supuesto, antes de continuar no olvidemos, un emprendedor también es pura valentía. Porque se suele lanzar con recursos limitados, con el tiempo justo para darlo todo y conseguir que su idea salga adelante. Su objetivo es convertir ese sueño en negocio, un negocio rentable y llegar a ser un gran empresario. Esa valentía por supuesto viene avalada y sustentada por la pasión, la innovación y todos los adjetivos que hemos ido otorgándole a este perfil. Si hay algo que va a asumir un emprendedor eso son riegos.

Por el contrario, un empresario puede tener todas las connotaciones de un emprendedor… O no. Hay empresarios que lo son porque tienen una situación económica muy potente y que invierten en empresas ya creadas. Empresarios que lo son por herencia familiar. Empresarios que desarrollan nuevos negocios a partir de ganancias de otros que ya posee. Serán grades empresarios, por supuesto pero el término emprendedor no les aplicaría.

Si algo suele determinar a un empresario suele ser que son personas muy buenas gestionando. De ahí que se les suela conocer su rol de dirección, ceo, gestor, etc. Y tienen muy buena visión de negocio. Y esto también lo consiguen gracias a su habitual larga experiencia en un sector o en la gestión de negocios. 

Nivel de riesgo asumido

Comenzando a desgranar las cualidades y particularidades de cada uno de estos dos roles que nos ocupan, atendamos al nivel de riesgo asumido por ambos. Y es que realmente el riesgo que asumen es totalmente diferente.

El empresario es más precavido por su conocimiento, experiencia o por tener las espaldas más y mejor cubiertas. El riesgo que está dispuesto a asumir con el negocio es muchísimo menor y establece muy bien y de forma muy sólida (con poco margen de cambio), dónde quiere llegar y qué necesita o va a dedicar para ello. Tiene y pone en práctica una mente mucho más analítica y siempre está pendiente de los números y la parte financiera como su fiel escudero.

Por el contrario, un emprendedor asume desde el minuto inicial, muchísimo más riesgo. De hecho, si no fuese así, la gran mayoría de las ideas y proyectos que ponen en marcha emprendedores de todo el mundo, no se llevarían a cabo y no saldría de esos folios, libretas e incluso servilletas que albergan sueños.

El emprendedor está en riesgo permanente y aprende a navegar en esas aguas en pro de su sueño, de su idea, de su proyecto. Toda su energía, vitalidad y esfuerzo están enfocados a salir adelante y posicionar su proyecto. A veces manejan ideas utópicas que con esa fuerza, consiguen convertirlas en negocios rentables.

Objetivos

Otro punto a tener muy en cuenta a la hora de diferenciar a un empresario de un emprendedor. Los objetivos no son los mismos al menos, si los desgranamos. Es cierto que el objetivo principal de ambos es ganar dinero con el negocio – la actividad comercial pero, en realidad, si vamos más al fondo, los objetivos son diferentes

Un empresario quiere y tiene como único objetivo, desarrollar un negocio viable económicamente y que reporte – retorne cuantos más beneficios, mejor. Para ello, el empresario se adaptará y desarrollará cualquier negocio en el que vea oportunidades económicas.

En cambio, el emprendedor obviamente tiene como objetivo también el económico pero no es el único y a veces, ni siquiera el más importante. Su objetivo principal es desarrollar sus ideas propias, su proyecto por encima de todo. Su viabilidad es su razón de ser y ponerlo en juego será su mayor motivación aunque durante un tiempo (el que se pueda permitir) no sea sustentable económicamente.

El emprendedor no lo es en cualquier medio o negocio sino que se centrará en el suyo o en aquellos en los que realmente vea potencial para sus ideas y sus cualidades.

Relación con los empleados

Bueno, este punto sería muy diferente años atrás. Ahora, la realidad es que aunque sea poco a poco, el escenario del empresario para con sus empleados, empieza a cambiar. El término y todo lo que implica, líder y liderazgo, está calando y convirtiendo empresarios – jefes (tiranos) en líderes proactivos que apoyan y acompañan a sus equipos.

De todas formas, si nos ceñimos más a lo clásico, el empresario tiene una estructura muy vertical con sus equipos de trabajo. Es un gestor y tiene personas a su cargo que van cayendo en cascada vertical creando organigramas “más encorsetados”. De hecho también porque suele poseer empresas con mayor número de personas trabajando y requiere de mayor nivel de organización.

Lo que prima y más importa para el empresario es el desempeño y los resultados que el empleado ofrece. Aumentar la productividad – eficiencia – eficacia es la máxima para el empresario.

En cambio, el emprendedor tiene otras miras para con su equipo. Contratar a personal suele ser un gran esfuerzo económico para estos emprendedores que está formando su proyecto – negocio. Quieren personas implicadas, compañeros de viaje y de equipo. Buscan a personas altamente cualificadas sin importar (de hecho lo prefieren) que en su ámbito, sepan mucho más. El emprendedor es sin duda, un “compañero líder” que aunará esfuerzos de tú a tú con su equipo y trabajará para extraer lo máximo de ellos como profesionales apoyando siempre su parte personal.

Su objetivo es crear un equipo sólido en el que todos, sumen y en el que las cualidades personales, primen por encima de todo. De ahí, conseguir resultados y aumentar la productividad viene derivado.

Ideas de negocio

Ay las ideas. Qué grandes son y qué potentes cuando detrás tienen a un emprendedor que se pone las pilas y las desarrolla.

Un empresario no se fija tanto en las ideas de hecho, no suele ser su gran fuerte. Ellos son más de vamos a lo rentable y no a lo creativo. Suelen estar dentro de reglas y patrones establecidos que se sabe que van a dar rédito económico. Suelen ir más sobre seguro para conseguir el retorno.

En cambio por supuesto, si algo que diferencia a un emprendedor son las ideas. Un emprendedor lo es porque tiene una idea que quiere por encima de todo, desarrollar y poner en práctica. Luchará, peleará y sacará recursos de incluso donde no los hay para poner esas ideas a funcionar.

Concepto del éxito del negocio

El éxito… y su percepción. Es algo tan diferente entre empresarios y emprendedores. Es algo, el éxito, en realidad, que cada uno entiende de una manera y que afortunadamente estamos en una corriente en la que empieza a haber un despertar en este sentido.

Y es que el éxito en los negocios se entendía con el aspecto económico y monetario: cuanto más se ganaba, mayor era el nivel de éxito.

Esto, en parte, continúa siendo así sobre todo y ante todo, para los empresarios. En el caso de los emprendedores, el éxito es otro. La fórmula del éxito para un emprendedor es que su idea se convierta en proyecto, que sobreviva en el tiempo y que tenga razón de ser.

Sus medidores para el éxito suelen ser los resultados personales y profesionales que tanto él mismo como su equipo están consiguiendo. El esfuerzo y sus consecuencias positivas es éxito. Vivir de lo que sueñan, es éxito. Tener una vida adaptada a sus planes, es éxito.

Para un emprendedor un reto, es una oportunidad y ahí, en los retos, en las oportunidades, está el éxito.

Desprenderse del concepto de éxito de empresario antiguo que muchos heredamos de nuestros padres y patrones familiares es el gran reto de nuestros días. De ahí salen los buenos emprendedores, esos que tienen la capacidad de por encima de todo, luchar por vivir (personal y profesionalmente) como sueñan y desean.

Espacio de trabajo

Por supuesto este punto es maravilloso… cómo cambia y cuánto es de diferente el espacio de trabajo entre un empresario y un emprendedor.

El empresario aún posee y mantiene oficinas en las que sus empleados desarrollan su actividad. Son de esa percepción de que tener todo bajo control implica “poder verlo”. Son oficinas al uso en las que prima la seriedad, la sobriedad y el foco está puesto en producir por encima de todo (aunque la forma esté totalmente opuesta a conseguir ese resultado).

Por el contrario ya sabemos que si de algo goza un emprendedor es de flexibilidad y por supuesto también, en el espacio de trabajo. Los emprendedores ocupan coworkings para reuniones y también para trabajar de forma individual y colectiva con su equipo. Apuestan por un espacio colaborativo en el que además se puedan encontrar con otros emprendedores que sumen valor a sus ideas y con los que compartir.

Los emprendedores son amantes de las sinergias y del compartir.

Saben que sus empleados trabajarán más y mejor cuando tienen espacios de trabajo flexibles, cuando pueden trabajar en remoto desde sus casas y no están encorsetados a un horario y lugar.

Competencia

Nos encanta este punto y cómo de diferente lo ve y trabaja un empresario de un emprendedor.

Un empresario a la vieja usanza ve a la competencia como un temor, con miedo y siempre estará “luchando” contra ella.

En cambio el emprendedor sabe que la competencia es una oportunidad porque le representa un reto, una posibilidad de cambio y de mejora. No lo ve con miedo de hecho, hay muchos emprendedores que ven lo positivo en para ciertas acciones aliarse con la competencia para llegar más lejos o ser más visibles.

Es en resumidas cuentas la posibilidad de ver la misma situación desde dos prismas diferentes: lo positivo – oportunidad, lo negativo – amenaza.

  • Todos estos puntos están desarrollados desde una visión más clásica de lo que un empresario representa. Es cierto que, afortunadamente, hoy en día los empresarios están pivotando más hacia perfiles de liderazgo y sobre todo también, de emprendedores aunque no estén desarrollando una idea nueva.

Ser emprendedor es más una forma de ser, de vida, de concepto.

¿Todo emprendedor es empresario y viceversa?

Esta gran pregunta que nos encanta ya que nos recuerda a ese maravilloso acertijo de qué fue primero “si el huevo o la gallina”.

En el caso de un empresario este puede ser emprendedor previamente si el negocio que ahora le funciona y está desarrollando, fue una idea suya creada desde cero. Por lo tanto, igualmente, un emprendedor puede convertirse en empresario (y de hecho será el objetivo) cuando vaya evolucionando con su proyecto y sea capaz de posicionarlo como un negocio viable y rentable.

Aquí lo realmente importante es que cada uno haga y desarrolle el rol que más se adapte a sus sueños, necesidades y objetivos. Eso sí, sea como sea, que se haga bien para ser lo más felices posibles. Tanto si eres emprendedor como si eres empresario lo mejor es hacerse con las mejores herramientas de gestión para el día a día. Billage está pensado para emprendedores, autónomos y pymes. Todos tienen cabida en esta solución cloud 360 para la gestión integral de negocios. ¿Quieres probarla? Seas lo que seas… Te estamos esperando.

 

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