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Guía para la Mujer Emprendedora


La mujer emprendedora, esa figura que todos admiramos y que aunque parezca que no, existe más de lo que pensamos y que tiene unas cualidades no diferentes al resto pero si más trabajadas u organizadas para poder, ante todo, llegar a todo incluyendo asumir el fracaso y volver a levantarse. En España la mujer emprendedora es una figura individual con sus connotaciones imprescindibles “legales” a la hora de ejecutar su proyecto de emprendimiento. Dediquemos un espacio de categoría (la que ellas merecen) en nuestro blog a la mujer emprendedora.

Mujer emprendedora: definición

La mujer emprendedora como definición es esa mujer que decide aventurarse en un nuevo proyecto (sea negocio o no). Un proyecto que necesitará de tu tiempo, energía, inteligencia y disponibilidad para poder arrancar y mantenerse con vida.

La mujer emprendedora para poder ejecutar ese proyecto ha tenido una idea, ha identificado la oportunidad, ha analizado sus pros y contras, ha encontrado los recursos necesarios, se ha lanzado a ejecutarlo de forma práctica, hace que sea sostenible en el tiempo y además encaja todas las piezas de su vida para incluir este nuevo escenario exigente.

Lo que busca una mujer emprendedora

Una mujer autónoma es la mujer que asume un reto, un riesgo en pro de un proyecto / idea o sueño personal y/o profesional. Una mujer emprendedora es tenaz, es capaz, es luchadora, es persistente y tiene un empuje y arranque básicos para tirar hacia delante con esta aventura y andadura que se ha propuesto.

Si hay una cualidad que define también además de las anteriores a la mujer emprendedora es que es independiente y que sabe que la mayoría de las cosas de su vida dependen (en exclusiva o en gran medida), de ella misma.

Una mujer emprendedora es consciente de sus capacidades, habilidades y también de sus defectos porque todo ello es lo que la va a llevar a ser capaz de crear su sueño, ponerlo en marcha y hacerlo sostenible en el tiempo.

Diferencia entre un hombre y una mujer emprendedora

En realidad no debería haber ninguna diferencia más que las habituales y naturales entre hombres y mujeres. Pero bien es cierto que en el escenario actual hablamos y ensalzamos más la figura de la mujer emprendedora porque a priori, tiene más dificultades o hándicaps para desarrollar esta faceta.

No culpamos ni responsabilizamos en este sentido a nadie en concreto y menos, al entorno masculino. Consideramos que es algo social y sobre todo, histórico. El escenario para la mujer ya ha cambiado muchísimo en estas décadas anteriores y estamos convencidos de que con el esfuerzo de todos, por supuesto también en el entorno laboral – profesional – empresarial, la mujer irá teniendo su espacio y su lugar, el de ellas. Así como debe tenerlo el hombre.

¿Por qué entonces hay diferencias entre el hombre emprendedor y la mujer emprendedora?

Uno de los puntos a tener en cuenta es que aunque parezca mentira se ha detectado que la personalidad de la mujer es más emprendedora que la del hombre. Esto como dato “de naturaleza” y es que la mujer es, en términos coloquiales, “más echada para delante”. ¿Qué significa a efectos prácticos? Que tiene más empuje, más arranque y que tira adelante asumiendo los posibles riesgos.

*Hablamos en términos generales y por supuesto sin atender a personas individuales.

La mujer es esa que parece (decimos que parece porque en realidad no es una súper woman y todo termina pasando factura) que puede con todo. La mujer por aspectos sociales se hace cargo de la casa, de los hijos, del día a día y además, es emprendedora y sale fuera a desarrollar su trabajo, su idea, su sueño y su proyecto.

Esta es sin duda la gran diferencia. Y es que el hombre por supuesto que también se hace cargo de su casa y de sus hijos, pero sobre todo en la edad temprana de los pequeños estos son más dependientes de la madre y requieren más de su atención física y emocional.

Por esta casuística es por las que las Organizaciones e Instituciones han desarrollado interesantes programas de ayudas a las mujeres emprendedoras sobre todo con el fin de que puedan compatibilizar sus vidas privadas con el área profesional y así que no suponga un esfuerzo extraordinario (porque extra sí que lo supone).

Una mujer emprendedora no cuenta con cualidades específicas diferentes al hombre emprendedor más allá de las propias de cada persona. Es más relativo al escenario social y de vida actual en el que nos movemos y nos desenvolvemos que debemos tener en cuenta para entre todos, poder igualar entre unos y otros. Es algo de todos.

Mujer emprendedora: espíritu y actitud

¿Qué hay detrás de una mujer emprendedora? Ante todo la motivación, la actitud y un espíritu emprendedor absoluto. Son los tres pilares que mueven en este caso a una mujer a salir de su zona de confort y conseguir realizar su sueño profesional – laboral o en formato proyecto. Sin estas tres cualidades (y otras muchas que hemos visto y que seguiremos desarrollando), una mujer emprendedora puede igualmente serlo y tener una idea pero no llegará a poder ponerla en práctica o no la hará sostenible.

Pero, ¿qué es exactamente el espíritu emprendedor? Es la actitud que tiene una persona que quiere lanzar su idea y/o proyecto. Ese empuje, ese enfoque que se le da a las ideas; esa “vuelta de tuerca” mental que se necesita para adaptarse a la nueva situación, al nuevo escenario y sobre todo, al cambio.

Esto es sin duda, el espíritu emprendedor. Pero además hay que añadir una mezcla que lo convierte en único (al espíritu emprendedor):

Mentalidad innovadora abierta al cambio, al servicio y a la mejora continúa y que por supuesto, tiene muchísimo cuestionamiento crítico.

Los imprescindibles de una mujer emprendedora

Cualquier mujer (igual que cualquier hombre) puede ser emprendedora. Todo depende de su actitud y objetivos en la vida. Lo mejor y más interesante es que nada está bien o mal (debemos liberarnos de ese juicio de bien y mal según cánones externos). Hay quien prefiere una vida profesional más estable y eso lo aporta trabajar por cuenta ajena o quien prefiere el riesgo y se aventura a ser emprendedor. O incluso, quien conjuga las dos facetas porque emprender se puede hacer de muchas formas.

¿Qué es imprescindible para ser mujer emprendedora?

Ante todo, querer serlo. Si no lo tienes claro, si no te pica la curiosidad y la conviertes en algo serio y real… Podrás emprender pero sufrirás y mucho durante el camino. Y no estamos para sufrir y menos en algo que por sí solo no es fácil.

Después, necesitarás por supuesto una idea. Si vas a emprender seguro que llevas muchísimo tiempo dándole vueltas a una idea, a un proyecto o al formato de vida que te ofrece el emprendimiento. Emprendedor se tiene dentro y siempre nos ronda la cabeza y el corazón. Así que si tienes esa idea durante largo tiempo seguro que va cogiendo forma y llegará un momento que tendrás el valor para saltar y realizarla.

Capacidad para delegar y pedir ayuda. Emprender es algo que se convierte en muy solitario y duro. Tendrás que atender no solo a tu proyecto y negocio sino también tu vida personal (independientemente de si tienes familia – hijos o no. Eso no importa más allá de tener que incluir más factores en tu ecuación). Y además, emprender es algo nuevo quizás para ti y no solo hay que hacer las tareas correspondientes a tu trabajo sino también a trámites burocráticos, realizar planes de negocio, contrataciones, facturación, tareas comerciales… Así que no lo dudes y aprende si no es algo habitual en ti a pedir ayuda. Delegar (dejar que otros te ayuden) y pedir ayuda serán tus decisiones más inteligentes.

Pasión. Si hay algo que mueve a los emprendedores eso es la pasión. Y es que la pasión es eso que nos hace levantarnos cuando estamos cansados, seguir cuando sentimos que no podemos más o armarnos de valor para superar cualquier inconvenientes. Hay que tener pasión por esa idea, por ese proyecto y darle fuerte hasta cuando desfallezcamos.

Autoconfianza y resiliencia

Confía en ti. Si tú no confías en ti, si no estás segura de lo que haces y de lo que transmites, nadie lo estará. Lo fundamental es lo que tú sientas y pienses de ti misma. Y resiliencia porque van a venir (seguro) momentos complicados y difíciles así que tienes que desarrollar esa capacidad de aguante, de saber integrar lo que viene y aprender de ello para continuar y no desfallecer.

Después ya vendrán otras muchas características y cualidades que o bien puedes desarrollar en ti misma o puedes subcontratar y dejarte acompañar por algún profesional (coach, mentora, etc). Estas serían las típicas como orientación a resultados, capacidad de análisis, saber marcar objetivos, destreza comercial, etc, etc… Algo que también todos (más allá de ser o no emprendedoras deberíamos también trabajar día a día para una vida más saludable). Pero estas cualidades son más enfocadas ya al negocio en sí mismas.

Una vez que como mujer decides emprender, comenzarás un camino de no retorno porque aunque en un momento determinado no sigas siendo emprendedora a efectos prácticos, esa actitud, ese empoderamiento siempre estará en ti. Eso sí, cuando decidas ser mujer emprendedora te convertirás aún más en una mujer autónoma en todos los aspectos (como persona independiente más y más y a efectos legales que tendrás que darte de alta como autónoma y seguir todos los trámites oficiales).

Para que todo sea más fácil en este camino de emprendimiento te recomendamos utilizar una herramienta de gestión de tu negocio / proyecto desde el principio. Con billage todo será más fácil, ágil y eficaz. Cada minuto de tu vida cuenta y no debes desaprovecharlo. ¡Pruébalo ahora y empieza tu camino de emprendedora con el mejor de los pies!

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